Tras los últimos
acontecimientos, la relación comercial entre Gran Bretaña y Sudáfrica no pasa
por su mejor momento. Algo que no deja de sorprender, pues ambos países (como
todos los de la Common Wealth) mantienen históricamente una gran relación a
todos los niveles, y sobre todo, precisamente en el ámbito de las relaciones
comerciales.
Sin embargo, la
realidad es que Sudáfrica se ha enfadado, y mucho, con la otrora madre patria,
Gran Bretaña. De hecho amenaza con declararle una “guerra comercial”. El motivo
del cabreo sudafricano es que dos de las grandes cadenas minoristas británicas
han decidido dejar de comprar vino embotellado, para pasar a comprar vino a granel.
Y es que la renuncia
de las compañías Tesco y Sainsbury a la adquisición de vino embotellado de
Sudáfrica está teniendo terribles consecuencias en el país africano. Para
empezar, ha conllevado ya el despido de hasta setecientas personas. Y no se
queda ahí, puesto que si la política de estas empresas sigue por el mismo
camino, los despidos podrían llegar a ser muchos más. Y claro, tal y como esta
la economía, esto es un verdadero palo.
Gran Bretaña es el
principal importador de vinos de Sudáfrica y no está en situación de permitirse
perder este mercado, sobre todo en estos momentos. El problema es que Tesco y
Sainsbury han declarado que la importación de vinos a granel les supone un reducción importante del costo del
producto, ahorro del que se benefician los consumidores británicos.